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Mensaje de despedida

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Querida comunidad de la Escuela de Arquitectura UC:

He querido escribir este mensaje para agradecerle a cada uno de ustedes lo que hemos vivido juntos estos cuatro años. Me parece que es la manera más adecuada de despedirme del rol de Director de Escuela que ustedes me han confiado en este periodo, el cual hoy llega a su fin ya que desde el 11 de marzo he asumido como Subsecretario del Patrimonio Cultural, en el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.

Han sido años intensos y fructíferos. En ellos hemos implementado el plan de estudios 2012, con la titulación profesional vía magister; obtenido cuatro acreditaciones nacionales y dos internacionales; construido y habilitado el nuevo edificio de arquitectura; diversificado nuestra planta docente con la incorporación de nuevos académicos; inaugurado los Magister en Sustentabilidad y Energía, y el Magister de Patrimonio Cultural; renovado el proyecto de Ediciones ARQ con nuevas series y formatos; potenciado los ciclos de extensión como una de las principales plataformas de vínculo internacional de la escuela; construido un robusto programa de educación continua, con cursos y diplomados en arquitectura que diversifican nuestro impacto en la sociedad; organizado viajes de estudio memorables como Venecia 2016; instalado una incubadora de proyectos públicos para profundizar nuestra relación con las necesidades de la sociedad; por nombrar algunos de los momentos más significativos del periodo.

Sin embargo, aun cuando estos pasos son muy relevantes para el prestigio y el futuro de una institución como la nuestra, me parece que su mera enumeración no logra dar cuenta de la potencia y de la efervescencia que hacen de la Escuela de Arquitectura UC un lugar tan especial y un centro relevante en la disciplina. Quizás, todos lo anterior sólo tiene sentido si estos hitos se entienden como modos de expresión de ese proyecto cultural mayor que heredamos y que juntos estamos llamados a seguir construyendo.

En la búsqueda por la actualización permanente de ese proyecto universitario, basado en la pasión por la arquitectura y en su impacto sobre la realidad, hemos destinado intensos debates y horas de reflexión. Una de las aproximaciones que más nos inspiró, cuya potencia fue capaz de guiar nuestros pasos, fue esa sentencia de Andrés Bello al inaugurar la U. de Chile, según la cual Todas las Verdades se Tocan. Esto, porque releva la búsqueda disciplinar por sobre la administración de un conocimiento estanco, al mismo tiempo que ve en la diversidad de aproximaciones la única forma de generar un proyecto académico acorde al rol de la universidad en el mundo contemporáneo. Y esto es importante porque nos habla de una comunidad donde el pensamiento divergente es señal de riqueza y en ningún caso una amenaza.

Pensar en Proyecto / Construir la Realidad fue la frase con la que intentamos no sólo sintetizar la doble condición de teoría y práctica propia de la disciplina, sino el foco y la responsabilidad que todo proyecto de arquitectura tiene en cuanto a la construcción del bien común. Esto resultaba importante en un momento en que la nueva forma de titulación nos desafiaba a encontrar el equilibrio adecuado entre tesis y proyecto. Al enfatizar lo anterior, no hacíamos otra cosa que re mirar la tradición que nuestra propia escuela había construido a lo largo de sus más de 120 años de historia.

Junto a los desafíos de orden interno ya mencionados, mas no escindidos de los mismos, estos cuatro años se han caracterizado por la creciente demanda a nivel de la sociedad por una arquitectura capaz de aportar desde sus propias herramientas a la construcción de nuestras ciudades. Este renovado campo de demandas constituye un horizonte de oportunidades para el trabajo que realiza una escuela como la nuestra, en cuanto a la formación de estudiantes creativos preparados en lo disciplinar –expertos en las consecuencias de la forma, como ha dicho Alejandro Aravena- y al mismo tiempo conscientes del rol de servicio que toda arquitectura encierra.

El proyecto de escuela mencionado ha sido generosamente abrazado por la comunidad académica, la que sin abandonar su diversidad ha decidido aportar y encontrar su sitio en esta Escuela de Arquitectura Común. En esta mirada retrospectiva, me atrevería a decir que hoy tenemos una escuela orgullosa de su unión, tranquila en su diversidad, bien parada para enfrentar los desafíos importantes que se vienen en el ámbito local e internacional.

Agradezco a las autoridades de la Universidad Católica de Chile, representadas en su Rector Ignacio Sánchez, por su constante apoyo a nuestra escuela. Sin duda, nada de lo descrito sería posible si no fuéramos parte de una gran Universidad.
Agradezco a las autoridades de la Facultad, representadas en su Decano Mario Ubilla, por la confianza en nuestro proyecto y su permanente soporte para llevarlo adelante.
Agradezco al equipo amplio de la Dirección, en estos dos periodos, su compañía en todo momento, su lealtad y su cariño por el proyecto compartido.
Agradezco a los académicos, docentes e investigadores, cuerpo de pares y amigos sobre cuyos hombros descansa la continuidad del proyecto de escuela.
Agradezco al estamento administrativo, por su constante actitud de servicio, por su alegría cotidiana y su compromiso institucional.
Por último, agradezco a los estudiantes, verdadero sentido de nuestro quehacer. Haciendo uso de sus tremendas capacidades, ellos son los encargados de renovar a futuro esta escuela de arquitectura y de extender su impacto a la sociedad.

En este momento en que como arquitecto asumo nuevas responsabilidades frente al país, no exentas de vértigo, pero frente a las cuales creo puedo aportar, sólo quisiera decir que les deseo el mayor de los éxitos en esta nueva etapa que se abre y que valoro enormemente el apoyo que he recibido de ustedes estos últimos días. Para mí ha sido un enorme privilegio poder servir estos años a nuestra comunidad de Arquitectura UC como Director de Escuela.

A Francisco Quintana, colaborador incansable que ha asumido como Director Interino, sólo me queda agradecerle y desearle lo mejor. Creo que tiene la sabiduría y las capacidades necesarias para llevar de la mejor manera este proceso de transición junto a toda la comunidad de Arquitectura UC. Espero que seamos capaces de enfrentar este momento como cuerpo, alegres de lo realizado y fraternos en la elección de los futuros derroteros.

Me despido con el mayor de los afectos de nuestra querida escuela.

 


Emilio De la Cerda Errázuriz
Director Escuela de Arquitectura UC
2014-2018