Bicicletas públicas: efectos urbanos, en la salud y en la movilidad de las personas
La bicicleta es hoy una alternativa real de movilidad en la ciudad. Desde el punto de vista ambiental, contribuye a descongestionar la red vial y a disminuir la emisión de CO2; a nivel de salud de las personas, su uso diario incrementa el gasto calórico, ayuda a reforzar el sistema inmunológico, regula la presión sanguínea, mejora la capacidad pulmonar y previene el desarrollo de enfermedades mentales como la depresión (Sallis, 1998; Frank y Engelke, 2001). Promover el uso de la bicicleta ayudaría a combatir el extendido sedentarismo de la población chilena (cercano al 90%).
A pesar de esto, su fumento a nivel de política pública se ve obstaculizado, particularmente en Santiago, por dos grandes problemas: una red de ciclovías discontinua, con diferentes estándares y desigual distribución en el territorio, y una alta concentración de viajes y estudios en un sector reducido de la ciudad. En la actualidad hay 16 comunas de la capital que cuentan con programas de bicicletas públicas (Bike Santiago y Bicicletas Públicas de Las Condes). Este proyecto considera que dichos sistemas presentan una oportunidad para la masificación del uso de este medio de transporte, pues sus estaciones tienden a ubicarse próximas a estaciones de metro, lo que facilita el uso de la bicicleta para viajes cortos de acercamiento o entre destinaciones cercanas. Por ello, se plantea como objetivo identificar los efectos urbanos, en la salud y en la movilidad de las personas, que están teniendo los programas de bicicletas públicas implementados en Santiago, con miras a desarrollar políticas urbanas y de salud que maximicen los efectos positivos de estos programas e incorporen una nuevos usuarios.